Por Juan Abraham
LARRY BIRDEnfrentó las adversidades en el principio de su carrera y logró consagrarse entre los mejores. Pero, debido a problemas físicos, debió retirarse en 1992. El final que dio comienzo a la leyenda.
Eran tiempos difíciles. Luego de un frustrado paso la Universidad de Indiana -abandonó el equipo por poco protagonismo-, Larry Bird creyó que su futuro no estaría dentro de los límites del parqué. Tras la muerte de su padre, que se suicidó por problemas económicos, comenzó a trabajar como barrendero y basurero. Así se ganó el pan y mantuvo a su familia.
La pelota no iba a dejar de rozar sus talentosas manos. Aceptó una oferta de la Universidad de Indiana State, de menor jerarquía que la anterior, y demostró lo que Bobby Knight, su anterior técnico, no supo apreciar: la capacidad anotadora y mental. En su primer año promedió 32 puntos y 10 rebotes por partido. Como era de esperarse, no tardó en llevar a su equipo a las finales. En 1979 perdió la serie decisiva frente a Michigan State y debió conformarse con el segundo puesto, pero en el conjunto de enfrente se encontraba otro de los mejores basquetbolistas de la historia: Earvin Magic Johnson. Fue el comienzo de un clásico, una final que anticipó los míticos duelos Lakers-Celtis/Magic-Bird en la NBA. Un placer visual increíble para los espectadores de la NCAA.
A fines de 1979 arribó en Boston, una franquicia que venía de obtener un pobre récord en la temporada anterior: había ganado sólo 29 encuentros. Pero la llegada de Bird cambió el panorama. Las expectativas crecieron cuando en su primer incursión logró sumar 32 triunfos más que en la campaña pasada. Además, pese a competir con Magic, fue elegido como el novato del año.
La siguiente temporada fue la de su consagración. Se adueñó del campeonato de la
NBA y fue nombrado como el
jugador más valioso de las finales. En 1984 y 1986 repitió el título. De esta manera generó un gran aporte a los torneos obtenidos por Boston, que consiguió dieciséis en su historia.
Pero el 18 de agosto 1992 debió despedirse de los estadios. Debido a sus problemas físicos -primero en el talón y luego en la espalda-, Bird se retiró definitivamente del básquet profesional como jugador. Pasaron quince años desde aquel momento, pero su recuerdo sigue vigente en las memorias de los fanáticos. Cada pase, cada tiro lejano, cada espectacular contacto que logró con la naranja entre sus manos, serán rememorados por siempre. Bird supo derramar la esencia del básquet.
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