Y EL FINALISTA ES...

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Sorprendió Boca. Lo impensado se hizo realidad. El conjunto xeneize le ganó a Libertad de Sunchales, reciente campeón sudamericano, por 70 a 68 y pasó a la final de Liga Nacional luego de adjudicarse la serie por 3 a 2.
Lázaro Borrell sacó a relucir su chapa de ex NBA y se encargó de sentenciar el partido con una tapa a Martín Müller a segundos del final. El cubano fue la figura del encuentro y convirtió 21 puntos. También se destacó la labor del extranjero Jamal Robinson, que volvió a tener una buena actuación como en los últimos partidos y sumó 13 puntos, acompañados de 9 rebotes. Por el otro lado, fue bueno el aporte de Leopoldo Ruiz Moreno(18 tantos) y el del estadounidense Rober Battle (11 y 16 rebotes).
La serie estaba 2 a 0 a favor de Libertad, pero Boca Juniors logró darla vuelta con mucho esfuerzo. En un principio, se especuló con el cansancio que los dirigidos por Carlos Bualó tendrían en el tercer partido después de una dura seguidilla de encuentros (nacionales e internacionales), o con el efecto contrario, que sería la motivación de enfrentar a los de Buenos Aires con el título de campeón sudamericano en el bolsillo. De cualquier manera, no pudo cerrar la serie con lo que hubiese sido un rotundo 3 a 0.
Es notable el cambio de actitud que se dio en el equipo Xeneize, no estaba en un gran nivel de juego y había pasado a las semifinales al conseguir el triunfo sobre un flojo Ben Hur de Rafaela por 3 a 2 (también perdía 2 a 0). Pero todo cambió. Ahora, Peñarol de Mar del Plata esperará el próximo viernes al equipo de Gabriel Picatto, que, cabe destacar, tomó el mando en medio de la temporada luego de una mala dirección de Eduardo Cadillac.

PRESENTE, PROFESOR

El abrigo es indispensable. Bufandas, pulóveres y buzos se pueden ver en cada uno de los cuerpos que se encuentran esta noche en el lugar. En la estación de Haedo hace frío. Por el andén caminan dos personas hacia el fondo, donde, según los expertos en viajes, es menor el tumulto de la gente que sube a cada vagón.
Juan Carlos Sobrecasas y Gonzalo Pupatto, dos ex alumnos del profesor y jugador de básquet Sebastián Pardal, se dirigen rumbo a la cancha de Ferrocarril Oeste en Caballito. Hacia allí concurren debido al partido que Pedro Echagüe, equipo de Pardal, e Independiente de Neuquén jugarán por la primera semifinal del Torneo Nacional de Ascenso.
“Espero que Seba (Pardal) juegue bien”, suspira Sobrecasas mientras sube al transporte de la línea Sarmiento. Los viajes en tren suelen caracterizarse por ser el escenario de grandes historias, o, en otros casos, de situaciones raras y graciosas. Esta no fue la excepción. Mientras muchos de los pasajeros miran por la ventana, un hombre ebrio de mediana edad habla por teléfono y asegura encontrarse en Moreno, cuando en realidad está en la localidad de Ciudadela del Gran Buenos Aires. “No lo miro porque me río”, explica en voz baja Pupatto.
“Hablemos de Seba, Gonzalo”, dice Sobrecasas y comienza a narrar su historia: “Un día fui con un amigo a averiguar por básquet, y había partido contra otro club. Entramos, justo venía Sebastián y lo paramos. `Nosotros queríamos saber cómo era el tema de los entrenamientos`, le dijimos. `Bueno, vengan a jugar`, nos respondió. Nos agarró de la mano y nos llevó a la cancha. No entendíamos nada, pero estuvo re bueno. Ganamos, obvio”.
El estadio está a pocas cuadras, desde la estación de Caballito no es mucha la distancia que existe. Llegan y una voz los sorprende. Es Pablo, el profesor que reemplaza a Pardal cuando él tiene entrenamiento o está de viaje y no puede dar clases. “Hola, ¿vinieron a verlo jugar a Seba?”, pregunta de entrada Pablo. Y agrega: “Yo también vine por él. Lo conocí por medio de otra persona y ahora ya somos amigos. Al principio la relación era laboral, pero ahora ya voy a comer a su casa y me quedé un par de veces a dormir”.
La noche avanza, el reloj marca las 23.10. Pupatto y Sobrecasas se emocionan y comentan sobre el buen rendimiento que Pardal muestra en el encuentro. Unas gradas más hacia arriba, el ex jugador de la selección nacional Esteban de La Fuente se saluda con el árbitro Pablo Estévez.
Al término del partido la espera en el andén de Caballito se hace eterna. A la noche no es buena la frecuencia con la que se maneja el Sarmiento. Eso genera que Pupatto comience a hablar: “Más allá del aspecto deportivo, valoro otras cosas de Sebastián. Dejó de ser sólo un profesor, y ahí me di cuenta de que es una muy buena persona”. La temperatura parece descender en cada segundo, la noche crece. A lo lejos, se ve el tren. La gente se acerca a línea amarilla que limita el andar de los futuros pasajeros con las vías. Los viejos alumnos de Pardal suben a un vagón. “Saber que el tipo que vinimos a ver hoy antes me entrenaba, me llena de orgullo”, sentencia Sobrecasas.

EL ADIÓS DE DALLAS

Dallas Mavericks quedó afuera de la carrera por el título. Golden State Warriors pudo demostrar porqué fue el único equipo que le generó un récord negativo en la temporada regular (3-0), y "barrió" la serie por 4 a 2.
Stephen Jackson estuvo certero desde la línea de los tres puntos y convirtió 7 de sus 8 intentos. Pero más allá de los 33 puntos que consiguió Jackson, los 20 de Baron Davis y los pobres 8 del alemán Dirk Nowitzki(2 de 13 de cancha), se juntaron 2 factores que quizás fueron las claves del triunfo:

1- El técnico de Golden State es Don Nelson, antes entrenador de Dallas y de su figura principal Dirk Nowitzki.

2- Golden State fue el único equipo que le ganó todos los partidos de la temporada regular a Dallas. Quizás por el factor del primer punto explicado, aunque en un encuentro no estuvo presente Nowitzki.

Casualidad o no, hoy Dallas está afuera y Golden State jugará una de las semifinales de la conferencia del Oeste.

GANAR NO ES TODO

Vale más ver a un equipo que deja todo en la cancha, que ver a otro lleno de estrellas. Pedro Echagüe se entrega por completo a la misma causa que quizás sea la que en un futuro llene rostros con muecas de alegría.

Es cierto que las jugadas espectaculares de Byron Johnson, extranjero de Independiente de Neuquén, llenaron de fantasía a la retina de los hinchas que concurrieron al estadio de Ferrocarril Oeste el pasado martes. Pero no por eso vale menos ver correr a un jugador como Diego Eiguren que dejó inundada la cancha de sudor, después de pelear hasta el final cada pelota.

También es verdad que Echagüe perdió el primer partido por 88 a 83. Pero la diferencia de 5 puntos se puso a favor del equipo de Buenos Aires cuando en el segundo encuentro no sólo ganó, sino que lo hizo por una diferencia de 12. El resultado final fue de 83 a 71.

Paradójicamente convirtieron la misma cantidad de puntos en ambos partidos de la serie (1-1), pero de uno se retiraron derrotados y del otro victoriosos.

La semifinal está empatada, quedan dos partidos por jugarse en Neuquén, pero nada está dicho...Echagüe es capaz de sorprender.

INDIVIDUALISMO PROTAGÓNICO

Nadie puede negar que Boca Juniors tiene buenos jugadores. Es una realidad. El problema no es la calidad personal (nunca cuestionada), sino el poco juego de equipo que generan.
Pocas veces se ve a Boca conseguir buenas penetraciones. Viven mucho del tiro de tres y ni siquiera un buen porcentaje les alcanza para ganar.
No dan asistencias. Un buen ejemplo es el del último encuentro en el que sólo concretaron 5 pases gol en los 40 minutos de juego. Ni la mitad de los que generó Peñarol de Mar del Plata (11) frente a Regatas de Corrientes en el primer partido de la serie.
Será difícil que Boca encuentre un lugar en la final mientras siga mostrando este juego. Podemos encontrar dos motivos claramente identificados:

* El buen nivel que está mostrando Libertad de Sunchales, su rival en semifinales.

* El poco sentido de equipo que tienen.

El básquet pocas veces da sorpresas, casi siempre gana el que mejor juega. Pero no se debe subestimar a un conjunto repleto de buenos jugadores (Leo Gutierrez, Lázaro Borrell, etc). Se tendrá que esperar hasta el final.