Vale más ver a un equipo que deja todo en la cancha, que ver a otro lleno de estrellas. Pedro Echagüe se entrega por completo a la misma causa que quizás sea la que en un futuro llene rostros con muecas de alegría.
Es cierto que las jugadas espectaculares de Byron Johnson, extranjero de Independiente de Neuquén, llenaron de fantasía a la retina de los hinchas que concurrieron al estadio de Ferrocarril Oeste el pasado martes. Pero no por eso vale menos ver correr a un jugador como Diego Eiguren que dejó inundada la cancha de sudor, después de pelear hasta el final cada pelota.
También es verdad que Echagüe perdió el primer partido por 88 a 83. Pero la diferencia de 5 puntos se puso a favor del equipo de Buenos Aires cuando en el segundo encuentro no sólo ganó, sino que lo hizo por una diferencia de 12. El resultado final fue de 83 a 71.
Paradójicamente convirtieron la misma cantidad de puntos en ambos partidos de la serie (1-1), pero de uno se retiraron derrotados y del otro victoriosos.
La semifinal está empatada, quedan dos partidos por jugarse en Neuquén, pero nada está dicho...Echagüe es capaz de sorprender.
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