Muchos, antes de su llega a la NBA, lo compararon con Michael Jordan. La realidad es que sólo son iguales en tres cosas: el color de su piel, el número 23 que llevan en su camiseta y en que los dos apellidos empiezan con la letra jota. James es James y Jordan es Jordan. Dos grandes jugadores, pero no por eso iguales.
Igualmente las estadísticas nunca están demás y el diario La Nación se encargó de publicar las siguientes:
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