Por Juan Abraham
Los argentinos todavía recuerdan la final del Mundial de Indianápolis. Sufren con las imágenes, les será difícil olvidarlas. Ese día, el serbio Dejan Bodiroga se encargó de guiar a su equipo hacia la consagración. Parece ayer, pero el presente se encarga de desmentirlo. A los 34 años, el ahora ex jugador, confirmó la decisión de abandonar la profesionalidad deportiva. "Ha sido muy difícil de tomarla, pero muy madurada. Estoy sereno y orgulloso de todo aquello que he hecho en mi carrera", explicó en una rueda de prensa.
Bodiroga es considerado como uno de los mejores basquetbolistas de la historia. Fue seleccionado en la posición 51 de la segunda ronda del draft 1995 por Sacramento Kings. Sin embargo, nunca quiso jugar en la NBA.
Integró la selección yugoslava y se adjudicó dos campeonatos del mundo (Atenas 1998 e Indianápolis 2002), tres torneos europeos, (Atenas 1995, Barcelona 1997 y Estambul 2001) y una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. A nivel de clubes jugó en Milano, Real Madrid, Panathinaikos, Barcelona y Roma, entre otros. Algunos de sus títulos fueron: campeón de la Copa Italia y el campeonato italiano, campeón de Liga ACB (dos veces con el Barcelona) y de Grecia con el Panathinaikos en tres ocasiones.
Una de las características, propia de un gran jugador, que más resaltaba era su facilidad para ocupar diferentes puestos. "Es uno de los jugadores más versátiles que conozco. Y no exagero diciendo que por el momento es el mejor jugador de Europa. Puede jugar en cualquier posición, excepto de pivote. Incluso jugó en el puesto 4. Significó mucho para mí. Su técnica impecable y la increíble tranquilidad son únicas", señaló en 1999 Zelimir Obradovic, entrenador de Bodiroga en la Selección y otros equipos.
Una de las características, propia de un gran jugador, que más resaltaba era su facilidad para ocupar diferentes puestos. "Es uno de los jugadores más versátiles que conozco. Y no exagero diciendo que por el momento es el mejor jugador de Europa. Puede jugar en cualquier posición, excepto de pivote. Incluso jugó en el puesto 4. Significó mucho para mí. Su técnica impecable y la increíble tranquilidad son únicas", señaló en 1999 Zelimir Obradovic, entrenador de Bodiroga en la Selección y otros equipos.
Su retiro era probable. El rumor ya se susurraba en el ambiente deportivo. Hoy es un hecho. Dejará su actividad y se convertirá en leyenda. Los fanáticos del básquet lo recordarán como a uno de los más grandes. Como se lo merece.
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